miércoles, septiembre 02, 2009

Zapatero es lo peor, tía.



Alto y Claro regresa por septiembre, junto la vuelta al cole y el adiós al 30% de descuento en la sección de dvds de la FNAC. Y regresa como mejor puede hacerlo, con Curri Valenzuela moderando la tertulia política; esto es, sin cambiar un ápice, manteniendo esa cómoda posición de quienes vienen de vuelta, con sus años a cuestas, y que saben que lo que queremos todos en realidad es más de lo mismo, por mucho bueno que nos quede por conocer.Y lo digo ya: me declaro un apasionado seguidor de Alto y Claro, no por su desfachatez ideológica amparada por el totum revolutum que supone siempre formar parte de una televisión partidista, sino por tener como presentadora y directora del programa a una señora vieja hablándonos con constante retintín sobre la actualidad política, con esos labios pintados de rojo pasión y muchas veces mascando un caramelo. Y si añadimos además que a Curri le encanta vestir de rojo y morado, mi televisor se convierte en todo un festival de color y buen gusto. Siempre he tenido la fantasía de presenciar un telediario serio ofrecido por Yola Berrocal y la sección del tiempo por Aramis Fuster, pero como veo que jamás podrá ser, Alto y Claro será siempre la mejor alternativa.

Pues bien, hoy el programa me ha dado que pensar. La cosa es que debatían, una vez más, sobre la gestión de la crisis de Zapatero. Bueno, más que debatir, sentenciaban. A resumidas cuentas, venían comparando la política del gobierno con la que propone el PP, y si no me he enterado mal, se decía que la derecha apuesta por una reducción del gasto público, que permite una bajada de impuestos y, por lo tanto, un mayor ahorro para el ciudadano y blablabla; mientras que Zapatero sube los impuestos para afrontar un mayor gasto público y así reducir el paro con millones de planes E que nos están dejando las calles y plazas la mar de monas y blablabla. Pues bien, ¿os podéis creer que yo estoy de acuerdo con las dos políticas? Es decir, mientras veía el programa, estaba pensando que realmente no tenía ni idea de qué política es la mejor, y los pros y contras me parecían bien y mal tanto en un caso u otro. Sin embargo, parecía que los contertulios lo tenían clarísimo y, entre espumarajos, maldecían a Zapatero, que, a su vez, también lo tenía clarísimo según una comparecencia desde nosédónde. Estando lejos mi intención de abrir aquí un debate sobre este tema, más que nada porque sois cuatro gatos los que me leéis (y porque me da pereza, la verdad), sí que quiero destacar que esta duda me ha abierto los ojos.

Porque me he dado cuenta de que, en realidad, nadie tenemos ni pajolera idea de NADA, y que pocos saben realmente algo. Y que lo que defendemos viene marcado por el color político de sus inspiradores. Ganas me entran de coger a todos los periodistas que defienden un partido u otro y decirles: "¡No me digas más! ¿a que adivino qué política anticrisis defiendes?".Y cuando digo que he abierto los ojos, me refiero a que realmente creo haber dado con la razón por la que somos todos tan obvios: porque en realidad somos unos ignorantes que según cómo se nos vendan y, sobre todo, según nuestros intereses, defendemos ciertas ideas, que, en realidad, ni son buenas ni son malas. Una vez más, toda esta cuestión atañe al orgullo y al complejo según dónde y de quién nacemos, que para justificar nuestro sitio y defender lo que nos pare, nos vendemos como putos. Y ahí está Curri, que por mucha paciencia que uno le eche, su ideario está más que escrito y es impensable hacerle dudar de él. Ahí estamos todos, la verdad. Porque, ¿qué sería de un etarra si hubiese nacido en Guadalajara?, ¿o de cualquier nacionalista que ha tenido la grandísima fortuna de haber nacido en el mejor lugar del mundo y al que tanto se debe?. Es más, creo que la política es ya una cuestión de vestimenta, en el sentido de que uno es socialista, de Rosa Díez, independentista gallego, etc, según si pega o no con los pantalones que lleva. Dime cómo vistes y te diré quién eres.

Dicho esto, digo y dejo por escrito que jamás atenderé a nadie en cuestión de política; que quien me venga con la palabra Rajoy en la boca, propinaré un soberano bostezo, por no llamarlo elemental, estúpido e ignorante, y no me puedo proclamar apolítico porque sí que votaré. Y no crean ustedes que votaré por conveniencia, que sería la postura más noble, ni mucho menos, por ideología, que es una mamarrachada. Lo haré en función de quien me caiga en gracia y me alegre la vista, con lo que espero, por todos los dioses, que Curri Valenzuela jamás se le ocurra formar un partido político.

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2 Comments:

Blogger Ra está en la aldea said...

Odio hacer estas cosas, pero lo que has escrito hoy me ha recordado mucho a esto:
http://www.mimesacojea.com/2009/08/clase-de-negocios.html

Que estamos vendidos y nos da igual, tíu.

miércoles, septiembre 02, 2009  
Blogger Tilo said...

Los pelos de punta... Sólo nos queda jugar a la lotería.

miércoles, septiembre 02, 2009  

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