lunes, octubre 05, 2009

Lovecraft. Una introducción.



A la lista de Benito
Pérez Galdós, Roald Dahl y Ana María Matute se ha metido, en silencio, así como sin pretenderlo mucho, un escritor de quien pienso LEÉRMELO TODO. Hablamos de H.P.Lovecraft, escritor asociado a pajilleros porosos, por la cosa del rol, y a una subclase de pajilleros porosos, denominada porosos pajilleros, por la cosa del cine de serie B. Sobre esta mezcolanza de semen y pus, sangre y mocos, debo advertir que no todo es mal gusto, elemental ni zafio; y es que, chicos, si os apetece enfangaros algo en este bosque, veréis que la aventura merece la pena. Pero claro, yo os entiendo, que nada bueno tiene que haber en el inspirador de tanto cine y literatura cutre, cuyos seguidores muestran tener menos sensibilidad que un arado, la justa para relacionarse entre sí y engendrar una camaradería de ceporros imbéciles y, sobre todo, FEOS. Como el del FNAC de Callao, sección videojuegos (creo que alguna vez lo he mencionado), un gordo de barba desigual y vida gris que al verme con un ejemplar de En las montañas de la locura sobrepasó las normas del buen gusto y decoro al hablarme, con su hediondo aliento, en tales términos: "¡Verás cuando lleguen a la ciudad y empiecen los pifostios!". Casi le tiro el libro a la cara, al grito de: ¡¡EGGSS!!.

Pero si conseguís hacer de tripas corazón y ahondar en la poca curiosidad que entiendo que pueda suscitar Lovecraft, veréis que no es todo mierda lo que reluce, y que un bello resplandor verde aflora de entre el bestiario recogido en el
Necronomicón, y que nace de un exquisito y lúcido gusto por el bonito arte de narrar historias; esto es, de escribir. Os invito, entonces, a desaprender lo aprendido sobre Lovecraft y de un manotazo, enviar a la papelera de vuestro escritorio toda referencia a Cthulhu y a Re-Animator. Sólo os pido tener un mínimo interés por el terror y ver qué hizo un erudito señor de Providence, solitario y muy dado a ir en batín, con la herencia dejada por Poe, Machen, Dunsany o Ambroce Bierce, señores todos ellos que en el sXIX se encargaron de despojar a los fantasmas de sus sábanas y cadenas y buscar el terror en otros jardines. Sobre H.P.Lovecraft leí una interesante biografía editada por Valdemar (por quién si no), de la que lamento no recordar apenas nada, y en parte es porque en cada página (y son 1000) uno se quedaba con la boca abierta al conocer cientos y cientos de datos que, por fascinantes y cuantiosos, acaba uno por olvidarlos y obtener tan sólo una idea general del personaje. Sí, es ese tipo de biografía que estás todo el rato pensando "¿Cómo? ¿que a la edad de nosécuántos creó un periódico científico? ¡Pero bueno! ¿Que además escribía sobre astronomía en nosédónde? ¿Y que mantenía una correspondencia diaria de TROPECIENTAS cartas con NOSÉCUANTOS???"




En fin, que H.P.Lovecraft era la repera en vinagre de módena. Por lo que recuerdo, era un tipo que su madre, ya desde niño, lo atormentaba con su fealdad.
¡FEO!, le gritaba cada dos por tres, y todos sabemos que, a ciertas edades, no pueden llamarte cosa peor. Acomplejada la mamá por haber parido a un monstruo, lo vestía de niña, y así, con sus falditas y lacitos, Lovecraft se refugiaba en la gran biblioteca heredada de su abuelo. Allí cultivó el gusto por la historia, por la mitología y la ciencia, y sus juegos de infancia consistía en convivir entre dioses griegos y construirles altares en el jardín.

En fin, que la cosa es que Lovecraft se convirtió en un caballero victoriano (así se gustaba ver) que odiaba salir de su casa y entendía que no podía ganarse la vida fuera de allí. Por consiguiente, decidió trabajar como corrector, a la vez que publicaba cuentos en distintas revistas y mantenía una intensísima correspondencia con millones de personas (escribió no menos de 100.000 cartas). Como persona, era un ser afable, exquisito en el trato, y muy atento con sus amigos. Era increíblemente sensible, en parte porque padecía una enfermedad de espalda que lo dejaba postrado en cama semanas y desde allí, privado de cualquier actividad productiva, concibió gran parte de su obra. Una obra que, hasta después de su muerte, no empezó a ser reconocida.

El resto es historia. A partir de su obra, un grupo de personas, muchos de ellos amigos personales de Lovecraft, decidieron seguir su herencia escribiendo sobre los
Mitos, y lo que en su día fue una invención de un señor culto e ilustre, que le dio por el terror, ha derivado a día de hoy en un universo fantástico donde todo vale y en el que tiene cabida, por desgracia, el tufo cutre de la ciencia ficción. ¿Y qué son los Mitos?

Mañana hablaré de ellos, que me voy a dormir.

O pasado.



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2 Comments:

Blogger Charlie November said...

Querido, no es justo asociar a Lovecraft a los pajilleros porosos solo por que los pajilleros porosos lean a Lovecraft.

También llevan pantalones y no por ello asociamos los pantalones a ellos.

martes, octubre 06, 2009  
Blogger Tilo said...

Tienes razón, no es justo. También asociaba el público de Buffy al público de Embrujadas. Es bonito vivir de prejuicios, que es cosa que le ahorra a uno muchas cosas, para luego romper con ellos.

martes, octubre 06, 2009  

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