Dos razones

Bien, como adelanté hace ya una semana, he decidido retomar esta especie de diario, básicamente por dos razones.

La primera de ellas para lanzar a voz en grito mi entusiasmo por el lanzamiento del nuevo disco de Martirio e iniciar nuevamente mi compromiso de martirizar, nunca mejor dicho, a quienes me rodean con el evento y obligarles a punta de kuter que compartan conmigo lo que es para mí una de las mejores experiencias que, hoy por hoy, puedo vivir. Digo hoy por hoy porque he visto caer torres más altas, incluso la que tenía los cimientos más sólidos y los muros más gruesos como fue el de las bandas sonoras, que durante cuatro largos años quedaron reducidos a un mar en el que el Jerry Goldsmith chapoteaba atónito ante mi indiferencia y John Williams directamente se hundió en lo más profundo de las aguas. Pero estamos en el 2006 y he decidido recuperar las gafas de sol que tenía abandonadas en el cajón tras el verano, no sólo por el buen tiempo de estos últimos días, sino para celebrar el regreso de Martirio. ¡Ay! No quepo en mí de gozo. Mañana mismo sale el disco, lo compraré, lo escucharé y seguiré narrando.

La segunda razón por la que vuelvo a teclear se debe a que he decidido dejar de fumar definitivamente cuando termine con el paquete de tabaco. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?, ni idea, pero es así.

Me voy a dormir que mañana tengo una cita con la Fnac por la mañana.