martes, octubre 06, 2009

Los Mitos de Cthulhu


¿Y qué son
Los Mitos?

Pues Los Mitos son una serie de relatos enmarcados dentro de una particular teogonía, nacida por el gusto que tenía Lovecraft por la mitología griega y la obra de grandes escritores de terror del sXIX. Bueno, en realidad es algo más que eso, pues tiene mucho de arqueología, cábala pagana, astrología, historia y ciencia, temas ellos muy del gusto de Lovecraft y que confiere a su obra credibilidad. Lovecraft, listo él, se escuda mejor que nadie en su erudición, y en parte el éxito de que sus relatos enganchen y emocionen creo que está en esa sensación que tiene el lector de
te creo porque no tengo ni puta idea de relieves arcanos. Pero es que lo hace muy bien, y además, de forma muy divertida, porque no dejan de ser historias ingenuas e infantiles, pero sustentadas por férreos pilares labrados tras años y años de altos conocimientos científicos en los que no cabe la improvisación ni el engaño.

Yo he caído como un burro y me he propuesto recuperar para este blog el bestiario creado por Lovecraft para sus Mitos. Así que, amigos, me reeleré sus cuentos, y los iré desgranando aquí en bonitas e ilustradas entradas. Y para empezar, voy a reproducir un parrafito de la introducción de
El Horror de Dunwich, edición de Alianza, que incluye además los relatos de El susurrador en la oscuridad, El modelo de Pickman y El extraño.

"En la cúspide del panteón de deidades de Lovecraft se encuentran los Dioses Arquetípicos, a ninguno de los cuales se nombra, exceptuando a Nodens, Señor del Gran Abismo. Estas deidades benignas, representantes de las fuerzas del bien, llevan una vida pacífica en Betelgeuse y sus inmediaciones, en la constelación Orión, y sólo en muy raras ocasiones se deciden a intervenir en la interminable lucha que sostienen las fuerzas del mal y las razas que pueblan la Tierra. A estas fuerzas del mal se las conoce por el nombre de los Primordiales o Primigenios, aunque esta última designación se aplica con mayor frecuencia a las manifestaciones de uno de los Primordiales sobre la superficie entera de la Tierra. Los Primigenios, al contrario que los Dioses Arquetípicos, tienen un nombre y hacen acto de presencia en algunos relatos provocando escenas de terror. Entre ellos ocupa la jerarquía máxima el ciego y necio dios Azathoth, un ser amorfo y perverso que siembra la más absoluta confusión y blasfema y echa espumarajos en el centro del infinito. Yog-Sothoth, el todo en uno y uno en todo, comparte el poder con Azathoth y no se halla sujeto a las leyes del tiempo y del espacio, pues coexiste con todo tiempo y se extiende a todo espacio. Nyarlathotep, mensajero al parecer de los Primordiales, encarna el elemento terrestre; el Gran Cthulhu, que habita en el fondo del mar en el oculto R'lyeh, representa el líquido elemento; Hastur el Inefable, cuyo dominio se extiende por el aire y los espacios interestelares, medio hermano de Cthulhu, se corresponde con el elemento etéreo, y Shub-Niggurath, el cabrón negro de los bosques con sus mil crías, encarnación de la idea lovecraftiana del dios de la fertilidad,
completan la relación de los Primordiales tal como los concibió originalmente Lovecraft".




Bueno, leído así uno puede hacerse un poco de lío, pero para eso emprendo esta tarea, la de ofreceros una guía de lectura si queréis adentraros en este apasionante mundo y así, de paso, pongo también un poco de orden a mis ideas. Y creo que el relato perfecto para iniciarse en Los Mitos es justamente El Horror de Dunwich, relato que, por otro lado, me parece de lo peor que ha escrito Lovecraft. Entiendo sin embargo que sea uno de los más célebres y conocidos, por su carácter esclarecedor que lo convierte en un perfecto "Érase una vez..."; además de tener una estructura clónica a otros relatos suyos, como El caso de Charles Dexter Ward, que ayuda al lector profano diseñar un esquema más o menos certero de por dónde van los tiros con el señor Lovecraft. Pero, os lo digo, es muy elemental y da poca cuenta del gran potencial del escritor.

Y como mi propósito es confeccionar el bestiario de los mitos, intentaré en la medida de lo posible no destripar ningún relato, tan sólo exponer al monstruo que se encuentra tras ellos y rescatar su descripción de la mano del mismo Lovecraft. Empezaremos en próximas entradas, porque quiero terminar ésta hablando del Necronomicon, del loco árabe Abdul Alhazred. El Necronimicon es un libro maldito, una especie de Biblia de esta religión monstruosa, cuyas páginas son de una peligrosidad portentosa, capaz de volver loco a quien se atreva leerlas. Muy pocos ejemplares hay del Necronomicon, y uno de ellos está en la famosa biblioteca de la Universidad de Miskatonic. Allí se recogen, entre otras cosas, hechizos para invocar a los Primoridiales, que, como sabemos, son los malos de la película. Y sobre El Necronomicon voy a terminar transcribiendo lo que de él se dice en el prólogo de Los mitos de Cthulhu, un recopilatorio muy interesante de distintos relatos, no todos de Lovecraft, sobre los mitos:

"El Necronomicon, de Abdul Alhazred, es mencionado con tal lujo de detalles bibliográficos y se citan tantos pasajes suyos en los Mitos que mucha gente ha llegado a creer en su existencia real. Derleth relata en un divertido artículo cómo, al principio, algunos lectores engañados empezaron a insertar anuncios, solicitándolo, en las revistas más serias y respetables. Luego, ya como broma, ya como estafa, el Necronomicon comenzó a aparecer en la sección de ofertas de la prensa y por fin hasta en los catálogos de los libreros de viejo. Derleth cita el siguiente anuncio, aparecido en 1962 en el Antiquarian bookman: "Alhazred, Abdul, Necronomicon, España, 1647. Encuadernado en piel algo arañada, descolorida, por lo demás buen estado. Numerosísimos grabaditos madera signos y símbolos místicos. Parece tratado (en latín) de Magia Ceremonial. Ex libris. Sello en guardas indica procedente de Biblioteca Universidad Miskatonic. Mejor Postor". Asimismo, el libro ha sido a menudo solicitado en las bibliotecas públicas y, lo que es más grande, ¡incluso ha aparecido en los propios ficheros de éstas! En 1960 se descrubrió, en el archivo de la Biblioteca General de la Universidad de California, la siguiente ficha, elaborada sin duda por un estudiante bromista:

BL 430

A 47
B
Alhazred, Abdul ------- aprox. 738 d.C.
NECRONOMICON (Al Azif) de Abdul
Alhazred. Traducido del griego
por Olaus Wormius (Olao Worm)
xiii, 760 págs., grabados madera,
enc. tablas, tam.fol. (62cm)
(Toledo), 1647

Esta ficha, según Derleth, es deliciosamente plausible, ya que la sección BL 430 de la Biblioteca está dedicada a las religiones primitivas y la letra B corresponde a un armario cerrado donde se guardan libros que no deben ser hojeados por cualquiera."


Y con esto y un bizcocho, os convoco para una próxima actualización sobre
Los Mitos, en concreto, sobre Yog-Sothoth, "Primordial" protagonista de El horror de Dunwich.


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lunes, octubre 05, 2009

Lovecraft. Una introducción.



A la lista de Benito
Pérez Galdós, Roald Dahl y Ana María Matute se ha metido, en silencio, así como sin pretenderlo mucho, un escritor de quien pienso LEÉRMELO TODO. Hablamos de H.P.Lovecraft, escritor asociado a pajilleros porosos, por la cosa del rol, y a una subclase de pajilleros porosos, denominada porosos pajilleros, por la cosa del cine de serie B. Sobre esta mezcolanza de semen y pus, sangre y mocos, debo advertir que no todo es mal gusto, elemental ni zafio; y es que, chicos, si os apetece enfangaros algo en este bosque, veréis que la aventura merece la pena. Pero claro, yo os entiendo, que nada bueno tiene que haber en el inspirador de tanto cine y literatura cutre, cuyos seguidores muestran tener menos sensibilidad que un arado, la justa para relacionarse entre sí y engendrar una camaradería de ceporros imbéciles y, sobre todo, FEOS. Como el del FNAC de Callao, sección videojuegos (creo que alguna vez lo he mencionado), un gordo de barba desigual y vida gris que al verme con un ejemplar de En las montañas de la locura sobrepasó las normas del buen gusto y decoro al hablarme, con su hediondo aliento, en tales términos: "¡Verás cuando lleguen a la ciudad y empiecen los pifostios!". Casi le tiro el libro a la cara, al grito de: ¡¡EGGSS!!.

Pero si conseguís hacer de tripas corazón y ahondar en la poca curiosidad que entiendo que pueda suscitar Lovecraft, veréis que no es todo mierda lo que reluce, y que un bello resplandor verde aflora de entre el bestiario recogido en el
Necronomicón, y que nace de un exquisito y lúcido gusto por el bonito arte de narrar historias; esto es, de escribir. Os invito, entonces, a desaprender lo aprendido sobre Lovecraft y de un manotazo, enviar a la papelera de vuestro escritorio toda referencia a Cthulhu y a Re-Animator. Sólo os pido tener un mínimo interés por el terror y ver qué hizo un erudito señor de Providence, solitario y muy dado a ir en batín, con la herencia dejada por Poe, Machen, Dunsany o Ambroce Bierce, señores todos ellos que en el sXIX se encargaron de despojar a los fantasmas de sus sábanas y cadenas y buscar el terror en otros jardines. Sobre H.P.Lovecraft leí una interesante biografía editada por Valdemar (por quién si no), de la que lamento no recordar apenas nada, y en parte es porque en cada página (y son 1000) uno se quedaba con la boca abierta al conocer cientos y cientos de datos que, por fascinantes y cuantiosos, acaba uno por olvidarlos y obtener tan sólo una idea general del personaje. Sí, es ese tipo de biografía que estás todo el rato pensando "¿Cómo? ¿que a la edad de nosécuántos creó un periódico científico? ¡Pero bueno! ¿Que además escribía sobre astronomía en nosédónde? ¿Y que mantenía una correspondencia diaria de TROPECIENTAS cartas con NOSÉCUANTOS???"




En fin, que H.P.Lovecraft era la repera en vinagre de módena. Por lo que recuerdo, era un tipo que su madre, ya desde niño, lo atormentaba con su fealdad.
¡FEO!, le gritaba cada dos por tres, y todos sabemos que, a ciertas edades, no pueden llamarte cosa peor. Acomplejada la mamá por haber parido a un monstruo, lo vestía de niña, y así, con sus falditas y lacitos, Lovecraft se refugiaba en la gran biblioteca heredada de su abuelo. Allí cultivó el gusto por la historia, por la mitología y la ciencia, y sus juegos de infancia consistía en convivir entre dioses griegos y construirles altares en el jardín.

En fin, que la cosa es que Lovecraft se convirtió en un caballero victoriano (así se gustaba ver) que odiaba salir de su casa y entendía que no podía ganarse la vida fuera de allí. Por consiguiente, decidió trabajar como corrector, a la vez que publicaba cuentos en distintas revistas y mantenía una intensísima correspondencia con millones de personas (escribió no menos de 100.000 cartas). Como persona, era un ser afable, exquisito en el trato, y muy atento con sus amigos. Era increíblemente sensible, en parte porque padecía una enfermedad de espalda que lo dejaba postrado en cama semanas y desde allí, privado de cualquier actividad productiva, concibió gran parte de su obra. Una obra que, hasta después de su muerte, no empezó a ser reconocida.

El resto es historia. A partir de su obra, un grupo de personas, muchos de ellos amigos personales de Lovecraft, decidieron seguir su herencia escribiendo sobre los
Mitos, y lo que en su día fue una invención de un señor culto e ilustre, que le dio por el terror, ha derivado a día de hoy en un universo fantástico donde todo vale y en el que tiene cabida, por desgracia, el tufo cutre de la ciencia ficción. ¿Y qué son los Mitos?

Mañana hablaré de ellos, que me voy a dormir.

O pasado.



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